Crónica Scheila Gomez

Entre la Tierra y el Cielo

De lo divinamente prístino y religioso a lo místicamente lúgubre. Adjetivaciones paradojales para un valle lleno de encanto “El Valle del Choapa” dónde se tejen historias de luz y tinieblas.

Múltiples son las historias que se cuentas acerca de la mítica ciudad de Salamanca, comuna perteneciente al Valle del Choapa a 30 Km de Illapel, reconocida por sus variadas historias legendarias y otras mitológicas y, que subsiste de las actividades económicas mineras, agrícolas, ganaderas y actualmente, el turismo por su mágico entorno que se puede casi oler y tocar con los dedos.

Iniciamos nuestra travesía en Chalinga, uno de los tantos pueblos místicos de este valle del encanto, siguiendo por la ruta D-845. Subimos por Cancha Brava, haciendo una pausa en el camino para indagar en los monumentales hornos de secado de tabaco, edificios de adobe y ladrillo pertenecientes a la familia Escudero. Estos nos recuerdan lo importante que fue el cultivo de tabaco en la zona que tuvo vigencia hasta los años 80.

En este mismo pueblo, observamos a los lugareños y afuerinos un poco alegres por el efecto del alcohol que consumen dónde el conocido “Melón Tuna”, personaje famoso por la calidad de sus pipeños. Aquí se ofrecen degustaciones, pero si usted es novato ¡precaución!, con sólo dos vasitos o mates de chacolo, puede quedar viendo visiones de los tan famosos aquelarres. 

El vino Chacolo, es un vino artesanal similar a la chicha pero menos dulce, que reposa en vasijas de greda de 200 años de antigüedad. La fórmula de este es un secreto celosamente guardado por los productores de Cancha Brava.

Obedientemente, bebimos sólo un vasito y continuamos hacia La Arboleda Grande. No nos detuvimos en Manquehua por los espeluznantes relatos de brujos que nos relató “Gundito”, apodo con el que se conoce a este lugareño senil y curtido por los años y la tierra, de manos toscas y cabello cano. Su voz ronca nos decía   “Lo que es terrenal así no más es y lo que es de Diosito eso es lo que a mí me importa”,

Continuamos por El Señor de la Tierra, Cunlagua, Las Jarillas, Huanque, San Agustín y Zapallar, pero a pesar de no haber hecho parada en Manquehua, indagamos sobre esta curiosa montaña rocosa denominda “Raja de Manquehua” conocida también como "La Cueva DeLos Brujos". Esta abertura rocosa tiene una altura es de 2.080 metros y se cuenta que en este lugar se realizan “Aquelarres” en la noche del viernes Santo y de San Juan, Gundito nos confirma, “Yo personalmente he visto en la Semana Santa luces que corren por los cerros hasta la Raja de Manquehua. Esos son los brujos que van a juntarse a las alturas pos iñor”

Realmente impactados con tales declaraciones, Gundito nos aseveraba que se podía  contar con la presencia casi real de brujos “existen mis amigos o si no, mire no más como me han dejado mi cosecha. Si hasta lus animales se me murieron”, tanto que sus habitantes  creen fielmente que así es.
Que las penaduras, que el Tue Tue, que El Mal de ojo, que las santiguadas, son lenguaje común en estos pueblos que conforman en Valle del Choapa en la ciudad Salamanquina, contraponiéndose a tan marcado sentido religioso que data desde la fundación de la misma con celebraciones de diversas festividades pertenecientes al catolicismo siendo una de las más importantes, la celebración de “La Semana Santa” que data del tiempo del dominio español.

Realizan procesiones donde conmemoran la vida, muerte y pasión de Cristo, llevando la imagen de su cuerpo a un cerrito, custodiado por hombres vestidos de negro denominados “Cucuruchos”. Durante la procesión, los más ancianos del lugar van cantando las bienaventuranzas. Ahí, los fieles, lo custodian toda la noche.

Los comerciantes, generalmente  provenientes de la capital, se apoderan de la calle central salamanquina. El gentío es impresionante. Ellos, guardan sus ahorros de todo un año de esfuerzo para asistir a las fiestas religiosas y “de pasadita”, comprar todo lo novedoso o que le haga falta.

Tal sentido religioso se manifiesta también en la fiesta de “El Señor de la Tierra”, que es a la que más asisite Gundito, por la cercanía con su domicilio, “La Fiesta de la Virgen del Carmen”, “Fiesta de la Virgen del Tránsito”, “Fiesta chica de Manquehua” y muchas otras, aunque todas se mezclan con lo pagano, en  donde prima el comercio local.

La gente del pueblo afirma “estamos entre la tierra y el cielo”. Los más religiosos del lugar, sobre todo los más ancianos, rezan por sus habitantes. Gundito dice “Ojala un día salven sus almas y se den cuenta que un día nuestro señor repudió a los que comerciaban en el templo”.

Nuestra travesía fue de dulce y agraz, mezcla de religiosidad y paganismo, mezcla de lo santo y lo profano,  una leve sensación de estar “Entre la Tierray El Cielo” ¿Dónde preferiría estar usted?




Scheila Gomez Moyano